martes, 14 de abril de 2015




NATURAL DE CALIFORNIA


Aquella mañana de agosto de 2014, aquel chico moreno de ojos oscuros se levantó antes de lo normal. Le preocupaba el tener que abandonar su ciudad natal, San Francisco. Tan bonita y amable, soleada y tranquila, sonora y agradable. A Jake le encantaba vivir allí. Era sin lugar a dudas su lugar favorito en este mundo.

Aparte de la admiración que le declaraba a su urbe, tenía allí su vida hecha. Su mejor amigo Will, el más desastroso de todos, a su chica Clara, una rubia despampanante con el típico estereotipo de chica perfecta a quien amaba incondicionalmente, su casa, la comida de su dulce madre Mell, la compañía de su gracioso padre Rick y el amor y cariño de la tía Grace, su favorita. Quien le ha cuidado como una madre postiza desde bien niño.

No quería abandonar todo aquello, pero para poder trabajar exactamente en el lugar que él quería, con el puesto que él quería y con el sueldo de ensueño de un chico de 21 años en la elogiada empresa Google, tendría que mudarse a Mountain View. Una bonita localidad a poco más de una hora de San Francisco.

No le parecía mucho al ser la única condición que suponía el contrato de dos años, pero reconocía perfectamente que iba a echar de menos todo lo suyo.

De todas maneras, sabía que lo pasaría en grande, su madre siempre le decía que, con su carisma y aspecto caería muy bien. Viviría con su amigo Mark hasta que tuviera suficientes fondos para alquilar un apartamento. Iría a fiestas, conocería la ciudad y haría nuevos amigos.


Jake se mudó una semana después a Mountain View y quedó sorprendido de lo cómodo y feliz que se sentía. Diferente, pero a gusto. Y es que sabía perfectamente que al estar en California, estaría en casa.

1 comentario:

  1. Buen trabajo, Claudia. Aparecen bien delimitados todos los elementos de la novela, y a mí me ha dejado intrigada. Deberías continuar la historia.

    ResponderEliminar